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La existencia de restos megalíticos en la zona de Bujaruelo nos hablan de la temprana presencia del hombre en estas zonas altas del Ara.
Sin embargo, nada se sabe de la historia del Valle de Broto hasta la Edad Media.
El proceso de romanización alcanzaría esta zona a partir del siglo II a.C. Las vías de penetración irían remontando el curso del Cinca hasta Ainsa, para dividirse allí en dos ramales, uno que se dirigiría hasta Chistau y otro hacia Bujaruelo. |
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La llegada de los musulmanes a la península Ibérica a partir del año 714 no se hizo sentir con fuerza en la cuenca del Ara.
Por contra, sí que podemos señalar la existencia de intensos contactos sobre el condado de Aragón y el Valle de Broto. A principios del siglo XI Bergua, Sarvisé y Broto figuran constituidas como tenencias bajo el dominio de Sancho III El Mayor. Con la Muerte de Gonzalo, Rey de Sobrarbe y Ribagorza, todos sus territorios cayeron en manos de Ramiro I, con lo que estas tierras pasaron a formar parte del Reino de Aragón. |
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Durante la Edad Media, Broto constituía un centro pañero de considerable importancia por lo que esta villa consiguió la concesión de mercado o feria. También es reseñable la trascendencia del puerto de Bujaruelo, lo que incluía a Broto dentro de la red aduanera, siendo una de las 12 taulas de cobro fijadas en las Cortes de 1363 en todo el Reino de Aragón.
En el siglo XV, el Valle del Ara va a ser testigo de acontecimientos cargados de violencia, problemas sucesorios que surgieron tras la muerte del Rey de Aragón Martín I el Humano, la presencia de bandoleros en la zona, estancia que perdurará, de una forma más o menos esporádica, hasta bien entrada la siguiente centuria, aportará una segunda fuente de conflictos. |
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En los albores de la Edad Moderna la situación económica del valle se puede considerar de cierta prosperidad, como lo demuestra el estado financiero de las distintas parroqueas. Las de Broto, Torla y Sarvise contavan con un patrimonio rico y abundante; el valor de las de Linás, Fragen, Oto y Guasa era aceptable. La relativa prosperidad de la zona no estuvo exenta, de problemas, que afectaron al sector productivo más importante del valle, a la ganadería. Desencadenaron una serie de pleitos con la Casa de Ganaderos de Zaragoza. La situación acabó por agrabarse cuando, el 2 de julio de 1491 finalizaba el periodo de 101 años acordado en la Pacería de 1390, una concordia entre los vecinos del Valle de Broto y los del Valle de Barecha por la que aquellos podian pastar en este valle. |
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A lo largo de toda la Edad Media, en Broto continua la tradición medieval de talleres textiles. El siglo XVII fue una época de clara regresión económica. Por un lado, la adopción de medidas proteccionistas generaron la imposición de fuertes aranceles para el comercio internacional. Por otro lado, la emigración hacia América, las epidemias y la inestabilidad hicieron descender drásticamente la población, a lo que hubo que añadir la terrible sequía que asoló todo Aragón en 1614-1615. Como consecuencia de todo ello, si comparamos los censos de 1495 y el de 1650, sólo Broto había aumentado su población. En 1653 la peste, que venía afectando a otros territorios del Reino, llegó al Valle del Ara, agravando todavía más esa situación. El siglo XVIII también se va a inaugurar con episodios violentos como consecuencia de la guerra de Sucesión a la Corona. Por lo que al Valle respecta, esto supuso, por ejemplo, que los tratados sobre derechos de pasto con el Valle de Barecha, que hasta entonces se negociaban por la Mancomunidad del valle de Broto, tuvieran que recibir el visto bueno de instancias más lejanas.
La segunda mitad del siglo XIX fue el republicanismo la opción ideológica que consiguió un respaldo considerable en todo el valle de Broto, Joaquín Costa en su Obra Colectivismo agrario en España, llego a decir que "el valle de Broto forma como una república de ganaderos enteramente colectivista.
Conforme se iba acercando el siglo XX, la belleza natural de este valle empezaba a atraer cada vez más a gentes de fuera que venían para conocer estas tierras y sus parajes. |
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De entre todos, tal vez el más conocido es Lucien Briet, verdadero instigador de la declaración de Ordesa como Parque Nacional. A partir de 1916, tras la aprobación de la Ley de Parques Nacionales, se inicia el proceso de declaración de los primeros Espacios Naturales Protegidos del Estado. La concesión de esta figura de Protección llego en agosto de 1918 siendo inaugurado 2 años después.
La Guerra Civil española fue el hito que marco un antes y un después en la historia de la zona, fue, en definitiva, el origen de un declive inexorable que ha durado toda la segunda mitad del siglo XX, el éxodo rural.
Este acontecimiento provoco durante los tiempos siguientes el abandono completo de pueblos enteros, ya en 1955 se despobló Basarán, a este siguieron otros como Bergua, Escartín, Otal, etc...
Este silencia es componente fundamental del valle, el cual, sin embargo, ha visto cómo, a la vez, la economía de la zona cambiaba de orientación de forma espectacular, se ha pasado de una economía casi autárquica, a una en la que el desarrollo del sector turístico, muy unido en al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este fenómeno unido a la apuesta por la calidad que suponen iniciativas ganaderas como la denominada "TERNERA DE BROTO" han conseguido, al menos, detener el proceso de abandono iniciado a mediados del pasado siglo. |
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